1. Ubica tu puerta de embarque

 

Normalmente en el pase de abordaje está indicada la puerta de embarque. Si no es así, dirígete con tu boleto a las pantallas del lugar y chequea cuál es la puerta de embarque de tu vuelo.

Al ubicarla, mantente cerca de ella.

No descartes que esté al otro extremo del aeropuerto, sobre todo en los grandes, por lo que podrías perder el vuelo si demoras en encontrarla o llegar a ella.

2. Da un paseo por la sala de embarque

Una vez que hayas ubicado tu puerta de embarque y solo si tienes tiempo, podrás recorrer el Dutty Free, las tiendas del aeropuerto en las que podrás comprar perfumes, bebidas alcohólicas, comida y ropa, sin impuestos.

 

 

3. Atento al levantarte de tu asiento

 

Los pasajeros suelen extraviar sus pertenencias en la sala de embarque. Nuestra recomendación, verifica que no hayas dejado nada al levantarte de tu asiento.

4. ¿Qué asiento escoger?

 

Escoger el asiento del avión siempre es un tema, pero “el mejor asiento” dependerá de tus necesidades.

Si no quieres estar rodeado de tantos pasajeros escoge la cola del avión, área que suele estar sola cuando los vuelos no están llenos. Si corres con suerte hasta podrías utilizar 2 o 3 asientos para ti solo.

Si quieres aprovechar un poco más de espacio para estirar tus piernas, te recomendamos los asientos junto a la salida de emergencia. Estas filas suelen estar un poco más separadas que todas las demás.

El asiento de la ventana es ideal para dormir y relajarse, también para los que vuelan por primera vez.

Si sufres de problemas de circulación y sabes que necesitarás levantarte a estirar las piernas, lo ideal es que escojas el asiento del pasillo.